Todo comenzó cuando lo conocí por un juego en línea, la verdad conectamos tan bien o al menos eso era lo que yo sentía, cuando él me necesitaba yo estaba ahí, pero cuando yo lo necesitaba… nunca era así, yo realmente me enamoré de él, pero él no se daba cuenta.
Él era el típico chico que estaba con toda chica que apenas conocía y yo fui una más, aunque en mi defensa debo decir que yo no sabía eso. Meses después de conocerlo, él me pidió que sea su novia y con felicidad acepté. Así empezó nuestra relación a distancia a través de un juego online.
Él estaba muy concentrado en el juego y me prestaba poca atención, pero en ese momento para mí bastaba, solo con tener su amor así fuera de lejos me hacía feliz, hasta que de repente empecé a sentir que quería tener más de esa atención especial de un chico.
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Pasaron meses y él al fin se dio cuenta de lo que en verdad yo necesitaba, pero para cuando llegó ese momento yo había conocido a alguien más que me hacía feliz.
En el momento que él se dio cuenta de que yo tenía a esa persona, me hizo elegir entre él y el otro chico. Pensé “no puedo dejar algo de meses por alguien que apenas conozco hace unos días” y la verdad lo elegí a él y fue así como empezó a prestarme más atención, Sentí que había tomado una buena decisión.
Me volví a enamorar locamente de él, toda mi familia ya sabía que estábamos juntos, ellos decían que no me hacía bien esta relación y yo no les hacía caso, hasta que ocurrió lo impensable, me traiciono con mi hermana.
Cuando me di cuenta él rogó, suplicó y pidió perdón, yo de tremenda boluda lo perdone, le di otra oportunidad.
Después de esto me quedó una gran inseguridad, no le podía creer nada de lo que él dijera, pero pasaron los meses y volví a confiar un poco en él, aunque sentía que yo no hacía bien en confiar de nuevo por miedo a que volviera a pasar algo así.
En un tiempo él planeaba venir a verme, yo estaba muy emocionada de que algún día viniera y así poder disfrutar sus besos, su calor, sus caricias y poder cumplir todos esos sueños que anhelamos cumplir juntos.
Peleamos por quien se comía a besos primero uno al otro, para mí era como un sueño estar con él, a veces había días que estaba ocupada o tenía problemas, pero siempre hacía lo que podía para poder solo decirle un “hola” y saber cómo estaba.
Después de un tiempo las cosas ya no eran igual, así que decidimos seguir nuestros caminos. Aun así, yo no me podía olvidar todos esos recuerdos buenos y malos que pasamos juntos.
Él me hacía reír mucho y me hacía sentir bien así fuera a la distancia, pero él no me amaba como yo a él, no lo sentí así de su parte. Lo amé con todas las fuerzas de mi corazón y no estoy dispuesta a olvidarlo nunca.
Gracias a él soy más fría, ahora me cuesta creer en las personas y ya no soy la niña inmadura de antes. Aprendí que la vida no siempre es color de rosa y que siempre debes fijarte bien en quién depositas tu confianza.
Esta Historia de amor es enviada por CANDE, una de nuestras queridas lectoras y seguidoras.
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