MI PRIMA Y YO SIEMPRE LO QUISIMOS Y PASO

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Sinopsis

Eduardo, un joven universitario, se encuentra en medio de un torbellino emocional cuando unas vacaciones familiares revelan tensiones inesperadas. Entre la presión de su novia, Angie, y la intensa atracción por su prima Nikol, Eduardo se debate entre el deseo prohibido y la lealtad. Las vacaciones se convierten en un campo de batalla emocional donde Eduardo enfrenta sus sentimientos más profundos y descubre una verdad incómoda sobre sus deseos. Una historia de pasión, lealtad y el dilema entre seguir el corazón o las expectativas sociales.

Esta es la historia de Eduardo, un joven de veintidós años que vivía en un apartamento que sus padres habían alquilado mientras estudiaba en la universidad. Allí, Eduardo la pasaba de maravilla, llevaba chicas y hacía fiestas constantemente.

Eduardo llevaba tres meses con su nueva novia, la cual era una chica encantadora e inteligente. Estudiaban en la misma universidad, aunque Angie estudiaba comunicación social y Eduardo estudiaba medicina.

Llegadas las vacaciones, Eduardo habló con sus padres para ir a pasar unos días allá junto con Angie, a lo cual no tuvieron objeción y los recibirían con los brazos abiertos.

Cuando Eduardo llegó a casa de sus padres, se encontró con la gran sorpresa de que también estaban de vacaciones sus primas Nikol y María José, lo cual alegraba muchísimo a Eduardo, ya que tenía una excelente relación con ellas. Por otro lado, Eduardo siempre había sentido una gran atracción por Nikol.

Cada día había un plan distinto para hacer las vacaciones divertidas. El primer día, toda la familia se fue a disfrutar de la brisa y el majestuoso mar. Allí, Eduardo se llevó una gran sorpresa cuando vio a su prima en traje de baño. La vio tan sensual que prefirió apartar la mirada del majestuoso cuerpo de su prima.

Angie notaba que su novio Eduardo se reía mucho con su prima y cruzaban miradas de complicidad, pero no quiso decir nada para no dañar las vacaciones y tal vez era por algo que quizás solo se imaginaba.

La noche siguiente, las primas, Eduardo y Angie decidieron ir a un bar. La noche fue de locura, todos estaban felices disfrutando de la música, el baile y los tragos. En un momento dado y mientras Angie estaba en el baño, Nikol invitó a Eduardo a bailar y allí ella le decía al oído si recordaba cuando se daban besitos inocentes. Eduardo sonreía con nerviosismo hasta que Angie regresó.

Cuando se sentaron en la mesa, Angie mostró su disgusto al verlos tan pegados bailando. Le pareció vulgar. Angie le reclamó a Eduardo no solo por eso, sino porque siempre los veía juntos y muy cariñosos.

Al regresar a casa, Angie quiso marcar territorio y decidió hacerlo toda la noche con Eduardo, con la intención de que Nikol escuchara sus ruidos y gritos de placer, ya que ella estaba en la habitación del lado.

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Al día siguiente, Eduardo fue a buscar a Nikol a su cuarto y cuando entró, no podía creer lo que sus ojos veían. Su prima estaba en la cama en un profundo sueño, pero lo inquietante no era eso, sino que no tenía absolutamente nada puesto. Lo único que medio la tapaba eran unas sábanas blancas semitransparentes.

A estas alturas, era innegable que Nikol y Eduardo se deseaban desde hacía mucho tiempo y el único obstáculo era Angie. Eduardo salió del cuarto inmediatamente, con la mente perturbada y sin poder apartar los deseos que tenía en sus pensamientos y en cada parte de su cuerpo.

Cuando regresó a su habitación, se dio cuenta de que Angie se había marchado y había dejado una carta de despedida que decía: No puedo soportar más ver que estás más cerca de tu prima que de mí. Aunque lo niegues, sé que sientes cosas por ella. Se nota que se atraen y no pienso tolerarlo más. Adiós.

Eduardo quedó muy confundido. Se preguntaba si realmente se notaba tanto la conexión entre Nikol y él. Continuó disfrutando sus vacaciones sin pensar más en lo sucedido con Angie ni con su prima.

Esa noche, María José y Nikol planearon una noche de películas de terror y pasabocas, así solían hacerlo cuando eran adolescentes. Incluso en una noche así fue que Eduardo y Nikol se dieron su primer beso.

Se sentaron los tres en el sillón grande de la sala y se arroparon con una cobija. Pasaron las horas y Eduardo no podía concentrarse con las películas pensando en Nikol, en cuando la vio en su cuarto, cuando vio su torso desnudo y algo más.

Entrada la noche, María José se había quedado dormida y Nikol se aferró más a Eduardo. Él estaba nervioso, pero sabía que debía hacer algo. En un momento de tensión, Nikol miró a los ojos a Eduardo y sin pensarlo más, se lanzó a darle un beso.

Ese beso fue el comienzo de lo inevitable. Poco a poco, el ritmo cardíaco de los dos se aceleraba y su respiración se agitaba cada vez más. De repente, Eduardo decidió detenerse por miedo a que María José se despertara, pero Nikol insistió y lo llevó a su cuarto donde por primera vez se entregaron el uno al otro.

Al siguiente día, María José y Nikol fueron a hablar con Eduardo para despedirse. Las vacaciones terminaban y debían retomar sus actividades. Cuando María José se acercó a darle un beso en la mejilla a Eduardo, le dijo en el oído: Sé lo que sucedió anoche, pero no te preocupes, les guardaré el secreto. Sé que ustedes siempre se han atraído y eso sucedería tarde o temprano.

Era el turno de Nikol despedirse y sin pensarlo dos veces, le dio un beso en los labios y le dijo: Hasta la próxima, primo. Así, Eduardo y Nikol concluyeron esa historia que tenían desde años atrás. Ahora Eduardo regresaría también a su ciudad para tratar de reconciliarse con su novia Angie. ¿Ustedes qué harían? ¿Hubieran aprovechado la ocasión para vivir esa historia prohibida y arriesgar su relación o no lo hubieran hecho? Escríbanlo en los comentarios y haremos un vídeo leyendo los mejores comentarios.

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