❤️ Nuestro Último Adiós / Una Linda Historia De Amor

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En aquel tiempo, era poco tangible creer que podías conocer a una persona mediante una computadora o, bueno, al menos físicamente. Así comienza esta linda historia de amor.

Recuerdo que prestaba poca importancia a esa nueva red social de la que todos hablaban. Se decía que era increíble, que podías conocer nuevas personas, hacer nuevos amigos y hasta encontrar al amor de tu vida.

Una tarde cualquiera, para salir del aburrimiento, decidí intentar buscar amigos en dicha red social y, como por complicidad del destino, la encontré a ella. Por Dios, era tan preciosa: sus ojos, su cabello, su sonrisa… era tan perfecta que fue suficiente para dar clic y enviar la solicitud de amistad.

Es un hecho: estábamos literalmente conectados, como si se tratara del destino. La respuesta no se hizo esperar y justo ahí comenzó esta historia de amor.

Pasamos mucho tiempo charlando; era realmente encantadora. Se reía de cada cosa que yo decía y todo era perfecto, aunque con un gran detalle. El tiempo pasaba y cada vez hablábamos más y más, casi todo el día. Me contaba sobre su adicción al jugo de naranja y a las canciones en inglés. Hablaba de lo mucho que le gustaban los espaguetis y de lo poco que le gustaba la sopa. Le encantaba la música de The Killers o The Fray.

Conocí tanto de ella que me olvidaba de ese gran detalle.

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Finalmente llegó el gran día: por primera vez nos encontraríamos en persona. Yo estaba realmente nervioso y estoy seguro de que ella lo estaba aún más que yo.

Fue una noche maravillosa y aclaro que ni siquiera nos dimos un beso, pero hubo tantos detalles que me dejaron fuera de órbita, casi sin poder dormir.

Cuando hablamos por primera vez, ella me dijo que tenía cuatro hijos y que tenía esposo. Lo primero era gracioso y totalmente falso; lo segundo, lamentablemente, era cierto. Y ese era el gran detalle de esta historia.

Recuerdo nuestro primer beso, justo en nuestra tercera cita. Ella tenía prisa y, mientras la acompañaba a la puerta, justo cuando subíamos las escaleras, sentí que si no la besaba no podría conciliar el sueño.

El primer beso siempre es inolvidable, y creo que lo es porque no sabes qué esperar; es realmente una sorpresa.

Aún mientras la besaba, no podía creer lo que sucedía. Mil cosas pasaban por mi cabeza y una de ellas era si esto sería para siempre o si se repetiría.

No había vuelta atrás, lo inevitable pasó y fue así como esta linda historia de amor nos consumió tanto que al final perdimos el control.

Dicen que el que juega con fuego algún día se quema, y fue así como llegó mi momento de arder.

Un día recibí una llamada de su esposo. Al parecer, ya se había enterado de todo y así empezaría el final de esta historia.

Después de esto, era cada vez más difícil vernos e incluso era difícil hablarnos. Ella decía estar muy enamorada de mí y que algún día dejaría a su esposo para estar conmigo sin ningún problema.

Algo me decía en el fondo que esto no pasaría y que en algún momento todo acabaría.

Recuerdo tantas cosas de ella. Recuerdo el día que llegó a mi puerta solo para darme un beso y decir que me extrañaba, luego dío vuelta y se marchó.

En mi memoria aún está la noche que te quedaste a dormir en mi casa aprovechando que él estaba de viaje. Recuerdo la foto que nos tomamos frente al espejo, después de ducharnos mientras nos vestíamos.

Aún recuerdo la última vez que hicimos el amor. Hubiera querido ser más cariñoso ese día, pero estaba tan dolido de que lo prefirieras a él y que me buscaras de vez en cuando que hice como si no fuera importante.

Realmente sentí que estábamos tan enamorados. Imaginé un futuro completo contigo e hicimos tantos planes juntos. Pensé que tendríamos una linda historia de amor con un final feliz.

Esa llamada fue el final de todo, no del amor que sentía por ella, pero sí de nuestro romance.

Allí me dijo que estaba embarazada de su esposo y que era hora de alejarnos. Con la voz quebrantada y el corazón roto, tuve que resignarme a que era el fin de nuestro amor y no quedaba más que dar nuestro último adiós.